La demanda, presentada en el Tribunal de Distrito de EE.UU. acusa a Apple de mantener ilegalmente un monopolio sobre los smartphones, limitando la competencia y la innovación. Según la demanda, Apple ha ejercido su poder monopolístico para extraer más dinero de consumidores, desarrolladores, creadores de contenido, artistas, editores, pequeñas empresas y comerciantes. Este caso resalta la tensión entre la preservación de la innovación en el mercado de tecnología y la regulación de prácticas que pueden restringirla.