La UE realizó una extensa investigación por su posible abuso de posición dominante en varios ámbitos relacionados con su sistema operativo y por aplicaciones como su navegador, Internet Explorer.
Aquellas investigaciones tuvieron como resultado varias multas millonarias, pero en diciembre de 2009 la UE dio por concluido el caso y dejó de nuevo a Microsoft operar con normalidad, al cumplir con requisitos como la célebre ballot screen de navegadores.